Laminado de Seguridad
El vidrio laminar se compone de varios vidrios, pegados entre sí mediante laminas de Butiral Polivinilo (PVB). Este material tiene muy buena adherencia al vidrio y un nivel de alargamiento importante antes de rasgarse.
El PVB es por lo general transparente, aunque puede encontrarse también tanto en versión mate como en los colores de la carta RAL. Debe ser almacenado con unas condiciones particulares.
Proceso de Fabricación
El ensamblaje del vidrio laminado comienza colocando una o varias laminas de PVB, para luego colocar la segunda hoja de vidrio, o las necesarias para cada caso, en una línea automática de vidrio laminar. Finalizado este proceso, el vidrio ya ensamblado se dirige para su acabado a un autoclave, donde será sometido a presión, calor y frío en un tiempo determinado, para lograr así la flexibilidad suficiente del PVB. Se crea de esta forma una adhesión perfecta de los vidrios; cuanto mayor sea el espesor del vidrio a laminar, más extenso será el tiempo que permanezca dentro del autoclave.
Resistencia Vidrio Laminado
Podemos describir fácilmente la resistencia a la penetración de un vidrio laminado:
Cuando el vidrio recibe un impacto y se produce la rotura, el PVB absorbe la energía del golpe gracias a sus cualidades de elongación.
El PVB va delaminándose gradualmente, y absorbe la energía del impacto deformándose progresivamente. Para poder deformarse, el PVB debería tener la posibilidad de despegarse del vidrio laminado; por lo tanto las características de adherencia son de suma importancia.
Para una mayor protección contra los golpes violentos y repetidos, se deberá aumentar el PVB para dotarlo de mayor resistencia, ya que de esta forma absorbe una mayor cantidad de energía.
La seguridad del vidrio laminado
El acristalamiento de “protección simple” es aquel cuya misión es asegurar a las personas frente a heridas graves, ya sea por golpes o cortes accidentales contra un acristalamiento, o por caída de trozos de vidrio debido a una rotura. Cuando los acristalamientos reciben un impacto, deben quedar en su sitio y asegurar una protección residual para evitar la caída del vidrio. Este tipo de vidrio de seguridad se utiliza principalmente en barandillas, acristalamientos de suelo y techos, entradas de edificios, así como en centros comerciales y grandes superficies, escaparates, etc.
El vidrio laminado supone también una protección contra los actos de vandalismo y contra los atracos. La seguridad en estos casos consiste en impedir o retrasar las tentativas de rotura. El vidrio debe resistir la mayor cantidad de tiempo posible a los golpes consecutivos de agresores o vándalos, que disponen de un tiempo limitado. El vidrio debe continuar protegiendo correctamente, manteniéndose en su posición a pesar de los impactos durante el tiempo necesario hasta su reposición.
Los vidrios anti-bala tienen como misión establecer una protección eficaz y segura entre el agresor y las personas que este amenaza. Debe resistir un número determinado de disparos, por lo que al seleccionar este tipo de acristalamiento debemos tener en cuenta el nivel de riesgo del establecimiento a custodiar o proteger.
La elección del tipo de vidrio laminado a utilizar está, por tanto, en función del grado de protección deseado, pero también se deben tener en cuanta los aspectos técnicos impuestos por las solicitudes propias del proyecto. La dimensión y superficie total del acristalamiento, inclinación, situación geográfica, tipo de vidrio y la forma de sujeción, son factores que influyen a la hora de decidir el espesor total del vidrio a instalar.

